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Siempre quise grabar en La Habana porque tenía la sensación de que los discos registrados cerca del malecón tenían otro sonido, incluso un sabor más cercano a nuestra esencia cubana. De hecho recuerdo haber hecho algunas pesquisas en los estudios de la EGREM (Empresa cubana de ediciones musicales), en pleno San Miguel entre Lealtad y Campanario, Centro Habana.

 Solo hay que ver  las imágenes del cineasta alemán  Win Wenders para imaginar tal  sensación.    Allí llegué  con mi esposo- productor en 2009, para saber de precios y condiciones de trabajo. Para nuestra sorpresa, en el estudio donde se había grabado Buena vista social club, había goteras aunque los funcionarios aseguraran que estaba recién remozado.

Nunca terminamos de saber cuánto costaba la hora de estudio, porque todo estaría sujeto a la decisión de alguien que decía tener una libretica mágica con teléfonos de los mejores productores y músicos del país. La condición para abrirla era sencilla. Obsequiarle películas uruguayas en DVD, pues las coleccionaba. Al salir, admiré los rostros  de Josephine Baker (más bien el lomo), luego el de Benny Moré, y acto seguido a Rita Montaner en grandes carteles; y todos coincidían en que aquel no era lugar para mí, al menos por el momento.

Llegué a la sabia reflexión de que para grabar una demo, -o un disco, hacen falta varias condiciones que aún no había reunido. Saber lo que grabar. Serían boleros, como siempre; y con quién hacerlo. Lo importante era ajustarse a lo que yo quería y podía expresar con mi voz en ese momento.

Alma bohemia. (Ya puedes comprar tu entrada aquí). 5 de Julio 2019. Santiago de Compostela. Sala Germán Copini (SGAE). Rúa das Salvadas, 2.

Entonces tuvo que pasar el tiempo, tanto como diez años, para que yo me tropezara con Rey Montesinos, en la noche frondosa de boleros de la UNEAC, y pergeñáramos una grabación a dúo con los temas que yo iba ensayando con él en el saloncito de su apartamento de la calle J.

Fue emocionante el día en que vi a Montesinos desplegar frente a mi el arreglo que hizo de mi tema con Julio Cortázar, “Blues for Maggie”. De todos los que le mostré, fue el que más le cerró. Después de escuchar las grabaciones previas que había hecho, mas la melodía por mi entonada, se armó con su caballo Sibellius ( el softwear), y corrigió a mano una partitura que iba  ejecutando con la guitarra. Sonaba como yo lo había soñado alguna vez: el verbo de Cortázar se elevaba con la propia letra del cronopio, y bailaba.

 Le invité a él y su esposa manager (Teresa Taboada) a algún lugar lindo para celebrar,  frente a una buena mesa, lo sucedido. Yo hacía tiempo que no frecuentaba restaurantes en La Habana, y sabía que había muchos recién estrenados por doquier. Estábamos finalizando 2018, y el ambiente económico de la isla se  notaba en despegue en el comercio privado, como en el turismo, tratándose de nuevos hoteles como el emblemático Packard, donde se grabó por primera vez el bolero Dos gardenias, de Isolina Carrillo.  

Habana blues.

Aquellos eran mis primeros arreglos sobre papel, y además, los boleros del filin  que yo había querido cantar «como Dios manda», «Si me comprendieras», «Dos Gardenias», «Noche cubana»; entre otros; tenían en Montesinos al mejor de todos los acompañantes.

Él lo iba aderezando con anécdotas vividas  junto con sus colegas Isolina, César Portillo, José Antonio Méndez, sin descontar a intérpretes que fueron sus amigos y yo idolatraba desde pequeña.

Habana blues, fue el restaurante al que me llevaron. La idea era de la pareja,   que ya había asistido y acertó nuevamente. A un costado del Hurón azul de la UNEAC, por la calle H, en una casa típica del Vedado de los años ’20 o  ‘30, con dos plantas color azul prusia. En los bajos el establecimiento, y los que aguardaban por su turno merodeaban bajo las aceras arboladas, o hacían tiempo en el  parque aledaño de 15 y H.

Ya dentro, para mi sorpresa, los camareros y camareras eran nada menos que los actores jóvenes de las novelas y series de moda, que sigo intachablemente desde youtube. Y lo hacían tan bien como en la gran pantalla. Además, el recuerdo de esa película de Benito Zambrano, «Habana blues», que me encantó y he vuelto a ver .

Y es que yo leí algunos de los primeros borradores de los cortometrajes de Benito Zambrano. Cuando él era un estudiante español en la Escuela internacional de cine y televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), con apenas 28 años, yo trabajaba como encargada de pos producción.

Allí conviví con las «crisis creativas» de aquellos muchachos que eran de mi edad. Quién iba a decir en alguna de aquellas noches de insomnio en San Tranquilino, que una película de ese andaluz tozudo, llegaría  a convertirse en el emblema de los jóvenes actores y músicos de las nuevas generaciones cubanas, y además,  diera lugar a un restaurante de moda.  

Mira el Making off de la película «Habana Blues«.

Entonces era como ver realizada la tesis de la novela  “62.  Modelo para armar, de Cortázar, donde los hechos acaecidos por unos personajes redundan literalmente en el acontecer de los otros. Así sucedía con  “Blues for Maggie mi canción, porque  Montesinos acompañó a Maggie Prior y ahora arreglaba lo que Don Julio escribió pensando en ella.

Allí estaba como maestra de ceremonias, -o encargada, Tamara Castellanos, entre tantos que actúan en las novelas y seriales cubanos:   «La sal del Paraíso», «En fin el mar», «Con ciencia», y seriales como «Uno», «Cuando una mujer» ( que ella protagoniza), y  «Tras la huella».

Se escuchaba muy bajito un piano con boleros, el aire acondicionado permitía disfrutar de la nocturnidad a pleno día, y la comida era sencillamente magnífica, como la decoración que lo hacía sentir a uno dentro de una cálida pecera.

Comida de autor sabrosa, sobre todo pescado autóctono en una isla donde suele escasear. Creativa y sin aspavientos. Helado Coopelia más cake al como postre, siempre con  chocolate.  Y el sueño culminaba en unos selfies con Montesinos,  quien es muy popular y  siempre que sales con él, alguien lo interpela para hacerse la foto como uno más de la familia.

 Esta vez  junto con  Tamara Castellanos, destacada actriz negra, presentadora del programa de enfoque feminista «Cuando una mujer». Ella conoce a Rey desde jovencita pues ha sido amiga y compañera de estudios de su hijo, el primogénito que es actor y director teatral, vive en Madrid, y se llama como el padre, Reinaldo Montesinos.

Y a los pocos días, cuando hubo turno en el estudio, nos fuimos a grabar al Nelson Estudio.

Yo repetí por mi cuenta, en el magnífico Habana blues y experimenté nuevas y muy buenas sensaciones. Hasta me encontré con Enrique Molina, el veterano y gran actor, comiendo en  familia.

Luego quedamos en casa de Rey, y salimos en su coche Polsky azul, que es como un pequeño hurón azul, reminiscencia de la época soviética y que merece una publicación aparte. En él atravesamos el legendario barrio El Vedado, con sus calles de abecedario, y llegamos a una gran mansión que hace esquina, como en las películas de Holywood.

Comenzaba a llover torrencialmente, y al poco de entrar en el Nelson estudio, ya nos esperaba nuestro amigo Estanis Cordero, realizador de programas musicales de las emisoras Radio Metropolitana y Radio Taíno.

Este estudio es muy frecuentado, tal como testimonian las fotografías del recibidor, por figuras relevantes de la escena cubana e internacional como Rosita Fornés, Omara Portuondo, Leo Montesinos, así como  directores de cine como Fernando Pérez, quien suele elaborar allí sus bandas sonoras.

Es muy cálido, tiene mucha madera, y la sonrisa de Nelson, el técnico y dueño, hace que la sesión transcurra como un encuentro casual, para quitarle hierro al asunto.

Grabamos cinco canciones, y cada vez que hacíamos una, dábamos  una escucha y pasábamos por mi voz el afinador bajo la supervisión de Rey que daba el visto bueno a las propuestas que iba haciendo Nelson, quien es guitarrista también.

Realmente fue un reto  para mí.  Una cosa es cantar en directo con Rey Montesinos, y otra ver cómo cuando ejecuta para grabar lo hace con tal elocuencia, que si te dejas deslumbrar, te inhibes y no puedes expresarte con naturalidad. Sencillamente corres el riesgo de perder la  concentración por creer que no estás a la altura.  Para mi fue una clase magistral, me dejé llevar porque ante él siempre ganan  la humildad, el compañerismo, incluso el sentido del humor, en lugar del egocentrismo tan al uso.

Así cumplimos el tiempo estipulado (cuatro horas) y salimos de allí con una  demo de la  que aún estamos satisfechos porque nos sirvió como  punto de partida, para enrumbar un trabajo que tendrá continuidad en la gira «Alma Bohemia», a partir del 5 de Julio con un concierto en Santiago de Compostela (España).

Prueba de ello es   que tres meses después grabamos en directo un vídeo en el exterior del Museo Hurón azul del pintor Carlos Enriquez (Patrimonio nacional) ,  con el técnico de sonido Tony Carreras.

En ese predio por donde pasearon notables figuras del arte cubano: Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, Félix Pita Rodríguez, entre tantos,  al aire libre una mañana soleada, nos colocaron los micrófonos y nos pusimos a cantar.

Esta no es la forma en que se hacen habitualmente los video clips, en los cuales los músicos se doblan a sí mismos. Nos parecía más genuino, como un documental donde se escuchan junto con nuestro sonido natural, el de las aves y frondas del lugar, las mismas que inspiraron en su estudio parraguense,  al escritor y pintor de «El rapto de las mulatas».

Entradas para el concierto «Alma bohemia».

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Cocina económica. SGAE Actúa.

Emocionante ver  antes de comenzar,  el clip animado de la canción “Blues for Maggie”, de Julio Cortázar .

Los presentes, sentados en las cómodas butacas del Centro de día de la Cocina económica de Compostela, pudieron ver cómo la dulce voz de una cantante se deslizaba entre los avatares del protagonista de la historia. Una historia circular, pues el propio narrador se ha convertido en personaje de tanto acertarlo.

Todo muy propio de Julio Cortázar, el autor de “Historias de Cronopios y de famas”.

El animado es propiamente   un boceto realizado por un equipo argentino dirigido por el talentoso Tim (Javier Timossi), quien  aún no ha sido  aprobado para su comercialización, pero sin dudas tiene enormes posibilidades comunicativas.

Gracias a las imágenes del ilustrador argentino Rep, la animación de Tim, y las Cortázar Songs de Jamila Purofilin,  tenemos un Cortázar que nos incita a leerlo y disfrutarlo desde “otro lado”.

¡Sálvalo, mamita!

Se trataba del  último día de actividades  en el “Centro de día”, que aunque continuará funcionando  como cocina durante los meses de verano, pone pausa al  resto  de sus actividades culturales.

Comencé explicando  que la célebre “Guajira guantanamera” de Joseíto Fernández,  -gracias a los poetas del “Grupo Orígenes”,  lleva versos de José Martí, y esto ha permitido que el mundo entero y los cubanos de todas las generaciones no hayan olvidado los Versos sencillos del Apóstol. También dije que gracias a la SGAE y su iniciativa; la música de los autores más anónimos, está llegando a quienes más lo necesitan.

Di paso entonces al   recital de “Cortázar poeta”,  de quien  fui enunciando datos biográficos para que el auditorio  se ubicara e incitara hacia   la  búsqueda de  sus novelas, cuentos y poemas.

Sonaba muy bien todo. Transeúntes que iban por el empedrado compostelano  se quedaban escuchando afuera.  La atención más el silencio,  son el mayor estímulo para una intérprete que pone el corazón en lo que hace. También lo es, que “El Correo gallego” haya enviado a unos de sus fotógrafos (Arxina), para dejar testimonio de una gira singular como “Julio Cortázar Songs” en SGAE Actúa.

Creo que los sentidos atentos  de los asiduos al Centro de día, expresaron  su agradable sorpresa ante  un programa que algún especialista al uso, no hubiera considerado  idóneo. Hablamos sin complejo de poesía, de imágenes, de geografías. ¿Y por qué no? ¡Abajo el paternalismo !

Pero repito; este público nuevamente nos pone en la disyuntiva de a dónde llevar nuestras canciones de autor.

El trayecto por los 8 poema estuvo aderezado por “Sabor a mi”, porque siendo cubana aquella tarde soleada nos llevaba hacia El Bolero.  Así  fue cómo cantamos juntos el gran tema del autor mexicano Álvaro Carrillo.

¡Qué cómodos nos sentíamos, como en casa!

Al final, dimos  las gracias a los organizadores, -a Nazaret especialmente, tan atenta a todos los detalles. A los que asistieron (entre ellos había monjitas entusiastas)  y me esperaron para felicitarme a la salida. Un  representante del público utilizó el micrófono para agradecer la presencia de Jamila Purofilin en la célebre Cocina económica, y hubo de nuevo aplausos.

Como agasallo, -porque en estos lugares siempre hubo un regalo por parte del público, nos invitaron a pasar  un día a comer  por La cocina, y de paso  ver las obras de restauración con que se ha beneficiado el antiguo inmueble. El lugar donde mejor se come en Compostela, y lo digo con conocimiento de causa.

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Centro Sociocultural de Conxo. SGAE Actúa.

 

Hoy fue diferente la sensación. Primero el calor extremo, -anunciaban 40º de temperatura en los periódicos y la gente entraba y salía como de un sauna. La voz de Galicia publicó una foto con una reseña del espectáculo, y esto es de agradecer; pues la convocatoria estaría garantizada  dentro de la programación del Centro sociocultural de Conxo, un barrio del extrarradio de la ciudad de Compostela, muy relacionado con un Hospital psiquiátrico y la vetusta iglesia románica.

Nos tocaba cantar a las 8:30pm, y llegamos poco antes para no hacer tiempo innecesariamente en el pasillo repleto de niños y padres que celebraban esa misma tarde pre-veraniega; el fin de su curso escolar.

Saber que nos encontrábamos entre un festival infantil y una banda de gaitas; a mi por lo menos me sobrecogía un poco. Los programadores auguraban un fracaso total del concierto. Era evidente que no estarían concentrados en nuestro espectáculo por más que lo desearan, por más que el día anterior yo les hubiera visitado y hayamos diseñado la puesta en escena.

El concierto comenzó, y para sorpresa mía fueron llegando personas ajenas al centro, con el sólo propósito de ver o conocer a Jamila Purofilin y sus canciones de Julio Cortázar. Me decidí desde el principio a crear una suerte de situación teatral. Había un par de focos cálidos, las imágenes creadas para el proyecto por el ilustrador Iván Suárez, y el técnico  -quien iría programando las canciones.

Me presenté leyendo  parte del prólogo de «Pameos y Meopas», único libro que en vida Julio Cortázar publicó como poeta. Había un silencio absoluto, aunque desde afuera resonaban como ecos las voces de los niños que no se cansaban de sus juegos.

Algunos inconvenientes…

El sonido de la prueba ya no era el del primer tema, y vi a mi técnico un poco incómodo. Blues for Maggie es un tema difícil pero funciona como la carta de presentación. El segundo fue Los amantes. Los aplausos se oían fuertes y largos. Sentí como si el público de un teatro se empeñara en que supiera que la canción les había gustado. El tiempo comenzó a discurrir a gran velocidad. Yo, más que interpretar,  decía las canciones y trataba de colocar la voz lo mejor posible.  Sin quererlo hacía ejercicios de vocalización, y me imaginaba mis gestos como si las caras de los espectadores fueran un espejo. De todas estas reflexiones deduzco que no me encontraba del todo concentrada.

Hubo un par de ruidos que me sacaron de paso, se coló un audio de un vídeo, y me desconcentró el constatar que el técnico de sala trataba de ajustar el sonido mientras cantanta, cuando ya lo habíamos conseguido. Hubo muchos cambios y eso me llevó a preguntar qué pasaba.

Había niños sentados delante lo que constituye un buen signo, y creo haber visto a una pareja de jovencitos llegar un poco tarde y acomodarse. Sonó bien Los amantes, pero de repente yo perdí la cuenta del orden de los temas y eso me produjo también cierta inseguridad. Sin embargo, recuerdo que cantaba con total libertad aunque estaba pendiente de cómo me veían en platea. Por momentos lo único que me importaba era sonar bien, y expresarme con plenitud.

A pesar de los contratiempos que se fueron añadiendo, pude escucharme en una linda versión de Bolero y Cinco últimos poemas par a Cris. Los niños de no más de 7 años escuchaban sentados, eran casi todas niñas. Sería la primera vez que oían el apellido de Cortázar, quién quizás en su futura vida sea uno de sus escritores iniciáticos. Hicieron coros en Save it pretty mama, y fue muy lindo.

Leí un par de poemas más, y al final; por hacérseme muy breve el recital, quise volver a cantar Blues for Maggie, pero lo hice equivocadamente sobre la pista de Aftermath. Tuve que disculparme con el público y hacer que mi técnico buscara manualmente el tema. Así cerramos la tarde, no muy convencidos con nuestro desempeño.

Pude acercarme a los asistentes, una señora de pelo platinado; la primera que había llegado me confesó haberse sentido muy  a gusto. Una amiga incondicional que vio tantos de mis conciertos, estaba muy acatarrada como para ponernos a conversar. Y finalmente me hizo mucha ilusión ver a otros dos  jovencitos , uno de ellos portando una guitarra.

Nos dimos cuenta de que el no haber hecho una prueba de sonido en condiciones le quitó lucidez al espectáculo, también el no dominar el display del nuevo equipo reproductor. El técnico de sala y anfitrión se sentía contento, pero estaba cansado. No había hecho su trabajo con todo lo que conlleva. El sonido no salió por los altavoces de sala, como lo habíamos diseñado en la prueba. Las prisas, y por nuestra parte, la falta de control sobre el nuevo equipo, nos valió una autocrítica.

Pero sospecho que estos detalles a veces se magnifican, y no nos dejan ver la esencia: las canciones de Cortázar son hermosas y cuando el público recibe la noticia, se acerca con expectación y cariño a escucharlas.  O no es tan así… Preparar el espacio propicio con tiempo, es fundamental para dar calidad.  Misión del artista,  de los técnicos y organizadores.

Con toda esta experiencia, vamos hacia la cuarta estación de esta  gira, que será en el CSCultural de Lavacolla.

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Jamila Purofilin culmina en el teatro Santa Marta la gira Julio Cortázar Songs en Compostela, dentro del ciclo SGAE Actúa.

“La ciudad del azabache
Signada por recovecos,
Entre huellas peregrinas
Bajo aguaceros”. JC.
‘Fabuliña compostelana’ es una de las últimas creaciones de Jamila Purofilin, quien este el viernes 7 de Julio a las 20:00 hs; finaliza sus presentaciones en los Centros socioculturales de Compostela dentro del ciclo SGAE Actúa. La cita tendrá lugar en el C.S.C. Santa Marta, donde la autora e intérprete cubana dirá sus canciones creadas con Julio Cortázar en el bien equipado auditorio.

“Estoy muy contenta porque esta gira por Galicia con  ‘SGAE Actúa’, -en lugares no habituales para la música, ha llevado mis canciones a espacios como Aspanaes(Centro para personas con autismo), a mujeres del rural en Lavacolla, y el Centro socio comunitario Porta do camiño, entre otros que visitaré hasta mediados de Julio”, -explica Purofilin». 

Dichas intervenciones vienen a poner un punto de inflexión en un proyecto que nació en SCQ gracias a los 40 mecenas que financiaron en 2013 desde la plataforma Verkami  la primera incursión de la autora poniendo música a poemas de Julio Cortázar; autor de “Rayuela” y “El perseguidor” ( novela biográfica sobre el jazzista Charlie Parker).

Cortázar siempre fue relegado, -hasta por sus propios amigos escritores, como poeta. Solo publicó ya consagrado, el libro de versos “Pameos y meopas”, recientemente reeditado de una manera que le hubiera encantado a Don Julio, como le dicen sus compatriotas argentinos. Nunca hay que olvidar que su primera publicación, -añade Jamila, cuando aún firmaba como Julio Denis, fue el libro de sonetos «Presencia».  Y antes de morir, no por casualidad, nos dejó otro importante poemario: «Salvo el crepúsculo».”

La historia de Jamila Purofilin y las canciones de Julio Cortázar tiene como primer escenario a Galicia. No solo surgió aquí el proyecto, sino que fue Aurora Bernárdez, -albacea y primera esposa de Cortázar quien la autorizó a poner música a “Blues for Maggie”, poema que se publicó en 2009 por  la editorial Alfaguara  en el magnífico libro póstumo “Papeles inesperados”.

Luego vinieron los siete poemas restantes (‘Los amantes’, ‘Che.Yo tuvo un hermano’, ‘Cinco últimos poemas para Cris (fragmento)’, ‘La Patria’, ‘Save it pretty mama’ y ‘Aftermath’.

“Me encontré en Buenos Aires  con el estudioso Carles Álvarez Garriga  durante el Año Cortázar 2014. Coincidimos en la inauguración de un monumento a Cortázar donado por la célebre cantante de tangos Susana  Rinaldi, en los predios de la Biblioteca nacional argentina; donde él daría una conferencia dentro de un ciclo titulado ‘Lecturas y relectura de Cortázar’.

«Me contó Garriga que se encontraba en la casa de ambos (Cortázar y Aurora), la de la  Place del Général Beuret de París, cuando ella abrió mi disco azul ilustrado por Luis Dávila (O Bicheiro). Cuando lo estaba escuchando,  le preguntó si la chica que cantaba era brasileña.»

Aurora Bernárdez, quien nació en Lugo y mantuvo hasta el último día de su vida (8 Noviembre 2014) una relación de reciprocidad y amor profundo por Galicia, donó años antes el archivo fotográfico y audiovisual privado de Julio Cortázar a la Xunta de Galicia, el cual se encuentra depositado en el CGAI (Centro galego de artes da imaxe).
También a partir de Julio Cortázar Songs, Jamila Purofilin forma parte del peculiar mundo cronopio- gallego que muy bien ha quedado reflejado en el volumen del novelista orensano Francisco ‘Chisco’ Naval: «O soño galego de Julio Cortázar’».
Más sobre Julio Cortázar Songs.
El proyecto Julio Cortázar Songs recibió de la Fundación SGAE en 2013 la “Ayuda a la creación de músicas populares” y fue financiado con éxito por la plataforma Verkami. En 2014 recibió por la Fundación SGAE la “Ayuda a la difusión internacional de la música” por su intervención en el coloquio internacional «Julio Cortázar: el escritor y las artes», en la Universidad de Grenoble, Francia. La canción “Save it pretty mama” integró la banda sonora (no pop) de Radio Nacional de España (Radio 3) para el Mundial de fútbol Brasil 2014. Julio Cortázar Songs, fue invitado por el Ministerio de cultura de la nación al Año Cortázar 2014, celebrado en La Argentina, para lo cual recibió la “Ayuda a la distribución para industrias culturales”, de la Xunta de Galicia. En 2016 la Fundación SGAE le otorgó una “Ayuda a la promoción internacional de la música: giras y actuaciones” por su espectáculo “Queremos tanto a Julio”. En 2017 se presenta “Julio Cortázar songs” en Galicia, dentro del ciclo SGAE Actúa. También gira por España como parte de +100 de SGAE en la FNAC.

 

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«…La doble isla en que somos náufragos y paisaje.»

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Español: Imagen tomada en La Habana Español: Imagen de contenido libre (Photo credit: Wikipedia)

Julio Cortázar

Julio Cortázar (Photo credit: Mondo Gasparotto)

Blues for Maggie.

«…la doble isla en que somos náufragos y paisaje.»

Naufragios.

Naufragios en La isla, 1967. Julio Cortázar.

¿Puede decirse que está lista una canción cuando se decide entregarla al estudio de mastering, para luego editarla y esto significa simplemente que no habrá más retoques a la mezcla, ni añadidos, ni contras, a la canción? Así estoy con «Blues for Maggie»(Julio Cortázar/Jamila Castillo/Pablo Milanés), que a punto ha estado de desordenar el CD single «Julio Cortázar songs», para ocupar el primer puesto de la lista, en lugar de su compañera «Save it pretty mama». ¿Coincidencia? Dos títulos en inglés, un mismo asunto: el jazz, desde la óptica de quien tan bien lo perfiló poéticamente, Julio Cortázar.Y es tan difícil hablar de algo que ya por más que lo explique no me pertenecerá más, no nos pertenecerá más porque Dios mediante, andará de boca en oído, y provocará preguntas que no hará falta responder, pues a lo que incita es a una búsqueda incesante de pistas, certezas, celadas…Así lo quiso él, quien dejó el poema supuestamente olvidado en el un gavetero de la casa familiar que construyó con Aurora Bernardez, -su albacea, y ex-esposa; la cual por casualidad, -si existen, lo publicó en el libro «Papeles inesperados» de Alfaguara, para que yo lo rescatase en 2009, en la librería del centro, y encontrara que se había inspirado en «Ya ves«, de Pablo Milanés, 45 años atrás. Pero esto ya lo conté en la entrada anterior. El caso es que me gusta la canción, y esto no lo digo casi nunca, salvo raras veces. Entré en esta casa de Maggie Prior y Julio Cortázar sin pedir permiso y salí con mis «Naufragios en la isla, La Habana, 1967″, y «Dadora de las playas«, arrimada a esa voz de La Prior que según Cortázar: «recorta en la sombra una vaga columna de leche y de vainilla(1)«, y por qué no, también con «Tu más profunda piel«, hecha de gallina.

1) «Empiezas con la magia, eres su extrema operación nocturna». p. 138. De: Naufragios en La isla. La Habana, 1967. Julio Cortázar.

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Un blues para Maggie Prior.

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Un blues para Maggie Prior…

 

//Jamila Castillo.

Todo comenzó cuando compré en Follas novas, (Una de las librerías emblemáticas de Santiago de Compostela) un ejemplar de “Papeles inesperados”. Grueso volumen editado por Alfaguara en 2009 como resultado -según propias palabras de Aurora Bernardez,  de haber hallado en la casa familiar que compartió con Julio Cortázar en París, unos textos inéditos o dispersos en publicaciones periódicas, que ahora verían la luz íntegramente, y hasta el momento un viejo baúl atesoraba.

Allí encontré  también, para mi sorpresa, un poema titulado “Blues for Maggie”, que era una evidente contestación a la célebre canción de Pablo Milanés, “Ya ves”. Llamó mi atención, que Cortázar declarase la autoría de esta  frase que utilizaba como leit motive de su propio poema, siendo aún Milanés un trovador incipiente… Pero Cortázar era grande de corazón, y todo el mundo lo sabe.

Ya ves, y yo sigo pensando en ti.

Inspirándome en esta misma frase musical: “Ya ves y yo sigo pensando en ti”, -como antes lo hiciera Julio; creé una melodía para “Blues for Maggie”. Más tarde, pedí permiso a Aurora Bernardez, -albacea de toda la obra de Julio Cortázar y a Pablo Milanés, respectivamente,  para que rubricásemos una  autoría a tres “voces”. A partir de contar con sus complicidades, llegó el proceso de elaborar la canción para lo cual pedí colaboración al talentoso compositor brasileño Fred Martins, en cuanto al arreglo. Más tarde se desató en mi la inquietud por encontrar dentro mío la música que habita en casi toda la obra poética, -y también narrativa; del autor de Rayuela. Ocho de sus tantos  poemas, se me desvelaron como canciones de modo paulatino. Estos han sido: Che. Yo tuve un hermano, La patria, Los amantesCinco últimos poemas para Cris fragmento), Aftermath.(Secuela), BoleroSave pretty mama, y Blues for Maggie. Para conseguir que fuesen verdaderas canciones, conté con la intervención inestimable de Paulo Lêmos, compositor brasileño afincado en Barcelona. Ahora me toca presentarlos  a un  público que seguramente tendrá a Julio Cortázar entre sus  elegidos. Para la ocasión  he dispuesto un formato acústico conformado por guitarra y voz (Jamila Purofilin y Willy Mondeja, como guitarra,  y director musical). El estilo elegido  no podría haber sido otro que el filin. El cartel fue realizado por el ingenioso humorista gráfico gallego, Luis Dávila. Toda la  producción ejecutiva, -desde el primer momento, ha estado a cargo de Gerardo Salvo.

*Maggie Prior, a quien presuntamente está dedicado el poema “Blues for Maggie”, fue una cantante afrocubana, intérprete de  jazz y música popular, a quien Julio Cortázar conoció durante una de sus estadías en Cuba, y con la cual mantuvo un estrecho vínculo.